BIENVENIDOS A HENKO
Yo nunca pensé en tener mi propia clínica. Cuando abrí mi consulta, hace tres años y medio, fue obligada por la pandemia, las circunstancias y el azar. Pero en mi mente, empezó a formarse algo mucho más grande e infinitamente más bonito.
Y así, poco a poco, nació este proyecto tan especial, que al principio tampoco tenía nombre.
Fruto de este azar, conocí a Sara, nuestra terapeuta. Sara vino a mí como paciente en enero de 2022. Estaba embarazada y su historia, su trayectoria personal y profesional se me quedó grabada. Unos pocos meses después, nos tomamos un café y le propuse formar parte del equipo. Hoy, es la mitad del cerebro de Henko y me da la paz y la serenidad que a veces necesito.
María, nuestra podóloga, estuvo meses guardada en un cajón en forma de tarjeta de visita. Una de nuestras señoras de Pilates un día nos trajo tarjetas y nos habló de “esta chica tan maja que me deja los pies impolutos”. Yo la guardé, sabiendo que algún día la iba a necesitar para que colaborara conmigo. Y así, María salió de cajón, despacito, y hoy, cada vez que viene con su maleta, llena la clínica de pitidos y alegría.
Encarni es una crack. Una profesional increíble y una trabajadora nata. Fuimos compañeras en mi primer verano trabajando, hemos ido encontrándonos en distintos centros en los que hemos trabajado y hemos compartido muchos pacientes y risas. Porque con Encarni, las risas están aseguradas. Cuando le pedí que por favor, la necesitaba conmigo y me dijo que sí, me alegró el corazón.
Mireia fue también una de mis pacientes en su segundo postparto. Otra profesional como la copa de un pino. Sabe tanto de niños y le gusta tanto su trabajo, y lo hace con tanto amor, que verla desarrollarlo es un regalo.
Y aunque el equipo Henko es un equipazo, no puedo olvidar que lo que de verdad nos hace grandes son las personas que cada día ponen su confianza en nosotras. Todas y cada una de ellas. Las que me siguieron cuando empecé, hace tres años, las que ya venían de antes, las que entraron tímidamente y se quedaron, las que me recomendaron, las nuevas que aparecen cada día, y sobe todo, las que, más que pacientes, son amigas. Sin nuestros pacientes, nada de esto sería posible.
Os estoy siempre agradecida.
Marta Bodas